Mi lista de blogs

domingo, 6 de septiembre de 2015

SOBRE EL CRUEL DESTINO QUE NOS UNE

Imagen sacada de Internet



Uno de los aciertos de TVE ha sido reponer durante este verano el programa "This Is Opera". Para el dedicado al Destino y el poder que  tiene éste sobre las personas, eligieron nada menos que la ópera de Verdi  "La Traviata". No creo que haya nada que añadir sobre esta bellísima obra. Por si todavía hay alguien que no la conoce, haré un breve resumen. La historia comienza cuando una mujer cortesana y un joven de familia noble, se conocen y enamoran. La vida de la mujer había sido hasta entonces durísima, ya desde la niñez. Todo parece que va a cambiar cuando el hombre del que está enamorada le propone matrimonio. Pero es entonces cuando el Destino se sirve de la persona del padre del joven noble, que convence a la protagonista de esta historia, para que rechace la proposición de su hijo y lo abandone. 
Es curioso el Destino porque parece poseer dos caras. Una la utiliza para separar, como en La Traviata, a dos personas que se aman. Otras, sin embargo, el Destino lo que hace, en una especie de vuelta de tuerca, poner en nuestro camino a personas que más de una vez hemos deseado no conocer nunca. ¿No se han preguntado alguna vez por qué en su vida se ha cruzado una determinada persona que no sólo no les ha aportado nada positivo, sino que encima les ha hecho daño? Últimamente he estado reflexionando sobre ésto, y he llegado a una serie de conclusiones que quiero compartir con ustedes.
A veces el Destino nos pone personas buenas en nuestro camino para que saquemos lo mejor de nosotros mismos. Pero otras, se sirve de las personas menos buenas, o directamente malas con, según lo veo yo, un doble fin. Por un lado poner a prueba nuestra fuerza interior, nuestra resistencia,  y por otro, sacar igualmente lo mejor de nosotros. Sí, han leído bien. Porque no me negarán que es muy fácil obrar correctamente cuando estamos rodeados de buenas personas. Lo difícil, y ahí es donde está la vuelta de tuerca de la que les hablaba, es seguir siendo buenos cuando nos rodean los malos. Pero es que es a las malas personas, precisamente, a las que utiliza el Destino para rasgar velos que ocultan la verdad, y resquebrajar algunas máscaras que esconden algunos rostros. 
Cuando alguien comete malas acciones que perjudican a los que le rodean, automáticamente cada cual se posiciona. Los hay que, incluso desde sus puestos de responsabilidad, con  la misma mano que utilizan para  indicarle   el camino que tiene que tomar aquel que ha obrado ilegalmente, con el fin de que pueda esquivar una y otra vez la justicia, esa misma mano, digo, es la que posan encima de la espalda de la víctima o víctimas que están sufriendo las consecuencias del mal obrar de la mala persona,  para ofrecerles un falso consuelo, e igualmente falso apoyo.
Al final, parece que lo único que hace el Destino, es utilizar como Comodín a las malas personas para obligar a aquellos que van de buenos por la vida, sin serlo, a que muestren  todas sus cartas, a que enseñen sus verdaderos rostros.

"El destino ayuda a quien lo acepta y arrastra a quienes lo resisten"
(Séneca)


2 comentarios:

  1. Aceptar estoicamente, qué remedio, a la fuerza ahorcan, don Séneca.
    Un acierto el ofrecer ópera por televisión. La ópera no debería ser elitista.
    Un abrazo, amiga caminante.

    ResponderEliminar
  2. Lo que hace algo elitista, como la ópera, es su precio no alcanzable para cualquier bolsillo. Pero el que quiere, puede disfrutar de la ópera por otros medios, como accediendo a los CD's en las bibliotecas, o disfrutando de las pocas ocasiones en las que la transmiten por televisión. Aunque también puede ser cuestión de educación porque hay gente a la que le parece cara la entrada a una ópera, y no le importa pagar una burrada por una entrada de fútbol.
    En cuanto al estoicismo, no sé si estoy totalmente de acuerdo con ello. Hay ocasiones en las que hay que rebelarse. Si se hubiera aceptado todo "estoicamente", no hubieran sido posibles los cambios y con ellos, el avance.
    Un abrazo, y gracias por darme pie a darle vueltas a temas como éste.

    ResponderEliminar