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sábado, 1 de agosto de 2015

ESPERANDO A DIOS

El día 20 del mes que acaba de terminar, fue mi cumpleaños. Un añito (añazo) más. Para mí el cumplir un año más es un motivo de alegría, así que lo celebré como es debido. Rodeada de buena gente, risas, y algo que picotear.
Mi madre ese día suele decirme que me compre lo que quiera. Y me lo dice con ese tonillo que tienen las gallegas cuando te dicen algo que saben de antemano, pero se lo callan. Genio y figura.
Como si mis pies fueran atraídos por un imán, fui a la librería para decirle a la librera que me buscara un libro de "esos" que ella sabe. Ese tipo de libros que son como los venenos que se te meten por las venas,  pero que al estar tratados con la correspondiente dosis de belleza literaria,  en lugar de matarte, te despiertan a nuevos mundos. Y claro, a ella le faltó tiempo para buscarme el título que quiero comentar aquí:


(Imagen sacada de Internet)

Esta es la historia de un hombre que busca un lugar recóndito donde apartarse y apartar a su gente del resto del mundo. Mundo que considera un lugar lleno de amenazas y enemigos, y que ha dejado de existir. El lugar que elige es, según él, una especie de Paraíso donde esperar a Dios, al que quiere que le pida perdón por haberse llevado a su esposa.
En ese lugar no se puede cantar, ni rezar, ni leer, ni escribir. Mucho menos imaginar o soñar. Es un lugar donde no existen las mujeres (que más quisiera él). Quien así piensa y decide se llama Silvestre Vitalício, quien tiene dos hijos: Mwanito, el menor, el afinador de silencios, cuya compañía solicita, más bien exije, cada vez que necesita aislarse aún más, y pensar. Será la voz de Mwanito quien nos irá contando la historia de su familia y del Paraíso-Infierno donde viven.
Mwanito es un niño de once años que no entiende lo que está pasando a su alrededor. Como niño que es, necesitará buscar respuestas para sus preguntas. No sabe leer. La primera vez que ve las letras son signos indescifrables que aparecen en las etiquetas de las cajas de municiones. Cuando el niño le pide a Zacaria Kalash, un militar fiel a su padre,  que le enseñe a leer, éste se niega.  Quien sí le enseñará, será su hermano mayor Ntunzi. Otros niños aprenden a leer con cartillas, en aulas. Mwanito se inicia en el aprendizaje deletreando recetas de guerra. Su primera escuela será un polvorín. Las clases se desarrollan en la penumbra del almacén, mientras que Zacaria, el militar, se ausenta para pegar tiros por el campo.
Cuando el pequeño Mwanito le pregunta a su hermano: "¿No te da miedo que nos pillen, Ntunzi? éste le contesta: Lo que tiene que darte miedo es no saber. Cuando ya sepas leer, te enseñaré a escribir". Y lo hace. Como herramientas de escritura sólo tienen un lapicero que Ntunzi logra robar a su tío madrino Aproximado. Como papel de escritura, utilizarán las cartas de una baraja.
-Pero ¿con la baraja con la que jugamos? -pregunta Mwanito a su hermano.
-Precisamente -contesta Ntunzi: asi papá nunca desconfiará. Ya hacemos trampas en el juego. Ahora haremos trampas en la vida.
 Mwanito es el ojito derecho de su padre. Con Ntunzi ocurre todo lo contrario. Es sobre el hermano mayor, sobre el que recaerá, una y otra vez, la ira de padre. Según vaya avanzando la historia, averiguaremos el por qué de esa diferencia de trato.
Ntunzi tiene un único sueño: fugarse de Jesusalén. Ha conocido el mundo, ha vivido en la ciudad, recuerda a su madre. Sólo se puede elegir cuando has conocido más de una posibilidad.
Cuanto más se empeña Silvestre en aislar a los suyos del mundo, éstos más desearán la libertad.
El propio Zacaria se lo recordará:
-No se ayuda a un pájaro a volar sujetándole las alas. El pájaro vuela cuando simplemente le dejan ser pájaro.

No importa lo lejos que se esconda del mundo. El mundo acabará encontrándole. Y lo hace con la peor de las formas:  una mujer blanca. Marta, que es así como se llama la mujer,  llega hasta ese recóndito lugar porque está buscando a su pareja, Marcelo. Marta escribe y es en los pensamientos que va dejando sobre el papel,  donde el lector disfruta de la parte más bella de la novela. Toda esa belleza la descubriremos con los ojos de Mwanito, al que su padre le ha pedido que espíe a la extranjera. Todos los sentidos de Mwanito despertarán a un mundo lleno de sensualidad, al leer palabras como éstas:
"¿Ves cómo me hago pequeña cuando escribo para ti? Por eso nunca podría ser poeta. El poeta se engrandece ante la ausencia, como si la ausencia fuera su altar y se volviera más grande que la palabra. En mi caso no: la ausencia me sumerge, impidiéndome acceder a mí misma.
Éste es mi conflicto: cuando estás, no existo, ignorada. Cuando no estás, me desconozco, ignorante. Sólo soy en tu presencia. y sólo me tengo en tu ausencia. Ahora lo sé. Apenas soy un nombre. Un nombre que no se enciende sino en tu boca."

"Y es que en este lugar hasta el silencio tiene eco. Si existe un sitio donde pueda renacer es aquí, donde el más breve instante me sacia. Soy como la sabana: ardo para vivir, y muero ahogada por mi propia sed".

"Eso es lo que soy, Marcelo: soy una palabra, de día me escribes, de noche me apagas. Cada día es una hoja que rompes, soy el papel que espera tu mano, soy la letra que aguarda la caricia de tus ojos".

Marta personifica el enemigo. Y al enemigo hay que combatirle. Silvestre pedirá que se mate a la mujer. Ntunzi, el hijo mayor, se presentará como voluntario.

¿Creen que se lo he contado todo? ¡Pues claro que no!

Este es un libro bellísimo, de bellísimas palabras. Un libro que encierra una historia dura, cruel. Mia Couto, el autor de esta maravillosa novela, nos desnuda el alma humana. Llena de miserias, sí, pero también de grandezas.
Cada capítulo está encabezado por retazos de poemas.
Es un libro que habla de personas que se creen con poder de destrozar vidas ajenas. Pero nos habla también de personas que no cesan en su busca del conocimiento, de la libertad.  Es un libro en el que la muerte está muy presente, pero en el que, quien se lleva el verdadero protagonismo, es la vida. Una vida que, a pesar de lugares como Jesusalén, sigue teniendo esquinas llenas de belleza.

No esperen a cumplir años para leer esta joya literaria.


Nota: La editorial que ha sacado este título en España es Alfaguara.

2 comentarios:

  1. No conocía a ese escritor, ni ese libro. La búsqueda de la libertad en un mundo de pesadilla,el conocimiento que libera, tiene buena pinta la escritura del mozambiqueño. Me gustaría conocer a tu librera, ya me dirás.

    Besos, feliz cumpleaños aunque tarde. Y felicidades por ser feliz de cumplirlos.

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  2. Para mí ha sido todo un descubrimiento este escritor y esta novela. Éste no va a ser el único libro que lea de él.
    La librera a la que suelo pedirle que me sugiera algún título que considere interesante es Pilar, de la librería El Espolón. Toda una institución esa librería, sin desmerecer a las demás, por supuesto. En cuanto a ella, al igual que su hermana, son de las que cuando hablan de un libro o de un autor, lo hacen con conocimiento de causa, porque se lo han leído. Son libreras de las de antes.
    Gracias por tus felicitaciones. Y gracias por visitarme.
    Un abrazo cariñoso.

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