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sábado, 23 de mayo de 2015

EL MONSTRUO QUE ALGUNOS LLEVAN DENTRO

Dibujo de "Dr.Jekyll y Mr. Hyde"
(Imagen sacada de Internet)



Tenía preparada una entrada sobre poesía, pero la realidad del día a día parece de nuevo querer su protagonismo.
Llevaba un tiempo pensando en hablar del tema por si a los que tienen a bien asomarse por mi blog, pudiera servirles, al menos, para no sentirse tan sólos, Y al leer esta mañana la prensa y ver en la columna de mi admirado Andrés Aberasturi, "El Ojo Vago", que en el diario El Mundo tiene, y  en la que hoy, precisamente, habla del control de los Bancos sobre los ciudadanos y sus pensiones, y que titula "El Bloqueo de Mi Cuenta", me he animado a compartir mi desazón con ustedes.
Desde que se han empezado a destapar todos los casos de corrupción político-económica de este país, los controles por parte de la Administración y por parte de los Bancos, han aumentado.  Pero a raíz de cómo están llevando eso de los controles, me pregunto ¿hasta dónde tienen derecho a llegar?
Les voy a poner un ejemplo: La Caixa envía cada cierto tiempo una carta, solicitando a sus clientes-pensionistas que se personen en cualquiera de sus oficinas, mostrando dicha carta junto con el documento de identidad del ciudadano en cuestión, y le informa que en caso de que no pueda cumplir con esta formalidad, antes de la fecha límite que ellos indican, remita dicha carta con una fe de vida a cualquiera de sus oficinas. En caso de no hacerlo, dicha entidad comunicaría el incumplimiento al organismo ordenante del pago de la pensión, para que iniciase las oportunas diligencias de acuerdo con la legislación vigente. Lo que se pretende con esto no es, ni más ni menos, que demostrar que la persona que está cobrando la pensión, está viva.
Imagínese que usted padece una enfermedad crónica y degenerativa que le mantiene postrado en la cama, lo que le impide cumplir la primera opción, la de personarse en la oficina bancaria. Lo lógico en este caso es que usted dé poderes legales a un familiar o conocido para que haga el trámite. Resulta que eso no lo acepta el banco arriba mencionado. Obligándole a cualquiera que pueda, en su nombre, solicitar la fe de vida al médico. Eso conlleva que la persona en cuestión, tiene que pedir permiso en el trabajo para estar en casa cuando el médico llegue. Como el médico no sabe a qué hora va a terminar de atender a la gente que tiene en su consulta, le toca estar esperando hasta que el doctor en cuestión, termine en la consulta.  Pero es que además hay otro tema que ni a los máximos responsables de la Administración, ni de la Banca, se les ha pasado por la cabeza: el factor humano. Ya, ya sé que es una pérdida de tiempo hablar de humanidad con ciertos poderes, pero aún así, voy a intentarlo.
Volvamos al ejemplo que he puesto al principio: Una persona que una enfermedad le obliga a estar postrada en la cama. Como supondrán, su estado de ánimo no tiene que ser precisamente muy alto. Pues como si todo lo que tiene encima no fuera suficiente, se le obliga a que, cada cierto tiempo,  reciba la visita de un médico para que, delante de sus narices, levante acta de que todavía  está vivo.
Me imagino que alguno de ustedes, señores vigilantes del buen proceder de la ciudadanía, estarán pensando que cabe la posibilidad de mentir al enfermo. Pero eso sería faltar al respeto a su inteligencia, que es la mayor falta de respeto que se puede tener contra una persona. Y no me negarán, señores, que ese proceder, en todo caso, sería más de su estilo que del nuestro.
Como dice el señor Aberasturi  en su inteligente e irónico artículo arriba mencionado, y que les aconsejo no se pierdan:
"... pero con estas cosas, cuando ves lo que ves a tu alrededor y reflexionas, se te sube una mala leche que ni te cuento".

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