EDITH WHARTON EN 1905
(Imagen sacada de Internet)
Cuando me haya ido, recuerda mi pelo,
no por la luz que solía mantener,
sino por su tacto, que allí enredado,
se ha convertido en oro joven.
Recuerda mis manos, que no eran más suaves,
claras o bonitas de lo habitual,
hasta que tanto durmieron,
cálidas y cercanas en tu posesión.
Recuerda mis ojos, que solían mentir
piscinas ciegas con los restos esparcidos de verano.
Borraste la deriva, pero en su cielo
no colgaste ninguna imagen salvo la tuya.
Recuerda mi boca, que no sabía
que un beso se acuna y emprende el vuelo.
Pero ondeaba como una rama colgada del nido
cuando tú la tocaste como la primavera.
Estos versos pertenecen a un poema de Edith Wharton que nunca llegó a publicar, y que aparece en el libro que quiero comentarles, su título:"EDITH WHARTON-Una Mujer Rebelde En la Edad de la Inocencia" de Jorge Freire. Libro que ya les adelanto, es una auténtica delicia.
A través de sus páginas el señor Freire nos va desvelando la biografía de esta autora. Hace un recorrido por su vida y nos presenta también, como es lógico, su obra. Pero además hace un análisis de la sociedad, de la política y de la economía del tiempo que le tocó vivir a Edith Wharton y a otras muchas mujeres, algunas no tan privilegiadas como ella. A ella el pertenecer a una clase privilegiada le dio una serie de facilidades, pero no le privó de situaciones más o menos duras relacionadas con los sentimientos. En eso, ricos y pobres nos parecemos bastante.
Edith Wharton tuvo también que enfrentarse a la falta de libertad que una sociedad, en algunas situaciones, bastante pacata, le imponía. "Nada como una revolución para hacer a la gente conservadora" ironizaba la señora Wharton. Ella como nadie fue capaz de reflejar en sus obras, de una manera elegante, la hipocresía de la sociedad que le tocó vivir.
En esta obra descubrimos que el primer libro de la señora Wharton fue un innovador ensayo sobre diseño de interiores, ilustrado por el arquitecto Ogden Codman. En él se aprecia, y cito textualmente: "que los principios estéticos de la autora son los mismos que animaron a los antiguos griegos: luz, proporción y forma." Características que, de alguna manera, aplicó también a sus novelas.
Éste es un libro que se detiene en sutiles detalles en cuanto a la autora, sus gustos, su manera de entender la vida. Jorge Freire me ha sorprendido gratamente porque parece haberla analizado con un delicado y potente microscopio. Llama la atención que sea un hombre, y joven además, el que haya escrito este libro. Minuciosa, elegante... son sólo algunos de los adjetivos que se me ocurren para describir esta obra. Obra con la que, personalmente, he disfrutado y sobre todo, aprendido un montón. Además ha tenido el acierto de encabezar cada capítulo con frases sacadas de obras de otros escritores. Frases que sirven de presentación del contenido del capítulo en cuestión.
Un libro como digo, lleno de aciertos y datos interesantes, sobre el tiempo y la obra de Edith Wharton. Datos que nos hacen comprender más aún su creación literaria.
De verdad, no se lo pierdan.